"Somos lo que comemos", esta famosa frase acuñada por el filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach en el siglo XVIII sigue a día de hoy muy vigente.
Y es que a nadie se le escapa que la forma en la que nos alimentamos, influye de forma determinante en nuestra salud general y por ende, también en nuestra salud bucodental.
Por lo tanto, la salud de nuestros dientes y encías depende en buena medida de nuestra alimentación, sin dejar de lado el resto de recomendaciones que todos conocemos como llevar una buena higiene diaria o acudir puntualmente a las revisiones con nuestro dentista.
En este artículo, trataremos sobre los nutrientes fundamentales para conseguir tener una salud bucodental de hierro y una sonrisa bonita y que deberían de formar parte de tu dieta con independencia de tu edad.
Calcio
El 99% del calcio existente en nuestro cuerpo se encuentra en los huesos y dientes, por lo que casi sobraría decir que se trata de un nutriente imprescindible para su formación, desarrollo y mantenimiento.
Pero el calcio es también necesario para otras funciones vitales de nuestro organismo como la transmisión de los impulsos nerviosos, la contracción muscular, la coagulación de la sangre o el correcto funcionamiento del corazón y el control de la presión arterial.
Cuando no aportamos el calcio suficiente a nuestro organismo, este lo debe extraer de los huesos para poder seguir realizando las funciones anteriormente descritas, lo que al final puede provocar enfermedades en los huesos como la osteoporosis o en los dientes como la enfermedad periodontal.
La recomendación general es ingerir una media de 1.000 mg de calcio cada día., siendo su principal fuente la leche y sus derivados.
Otros alimentos que contienen calcio son los cereales, las verduras y hortalizas de color verdoso, las nueces o el pescado azul.
Fósforo
El fósforo para por ser el segundo mineral más presente en nuestro organismo y junto con el calcio constituye la estructura principal de los huesos y los dientes.
Su papel dentro de la salud de los dientes es crítico, ya que protege y reconstruye de forma natural el esmalte dental.
La ausencia de fósforo en la dieta puede debilitar el esmalte dental y facilitar, por ejemplo, la aparición de la caries.
El fósforo se puede encontrar tanto en alimentos de origen animal como la leche y sus derivados, los huevos o el pescado, como en alimentos de origen vegetal como las legumbres, las nueces, los champiñones o el calabacín.
Flúor
Seguramente hayas oído hablar muchas veces sobre la importancia del flúor durante los primeros años de vida, ya que participa activamente en la formación de los dientes.
Pero más allá de ese periodo, es un mineral importante para personas de cualquier edad, ya que fortalece y remineraliza el esmalte dental y protege contra la caries.
Se encuentra de forma natural en el agua y a diversas concentraciones en función del origen de esta. También está presente en el té y en alimentos como los tomates, las judías, las espinacas así como el pescado y el marisco en general.
Vitamina C
Dentro de las vitaminas, la C y la D son las más importantes a la hora de cuidar la salud de nuestros dientes y encías.
La vitamina C actúa dentro del proceso de síntesis del colágeno en las encías y también interviene en la adecuada formación de los dientes.
La carencia de vitamina C puede ocasionar el sangrado de las encías, lo que puede derivar en enfermedades como la gingivitis si no se trata a tiempo.
Todo el mundo asocia la vitamina C a los cítricos como la naranja, el limón, la mandarina o el pomelo, pero también se puede encontrar en frutas como la fresa o el kiwi y hortalizas como los tomates y los pimientos.
Vitamina D
La vitamina D facilita la absorción de calcio y fósforo, lo cual fortalece a nuestras encías y dientes frente a infecciones, como por ejemplo la gingivitis.
Esta vitamina ayuda a contrarrestar la pérdida ósea que de forma natural se produce debido al envejecimiento.
Además influye decisivamente en la prevención de la enfermedad periodontal, ya diversas investigaciones han demostrado que la vitamina D suprime la producción de citocinas, relacionadas directamente con esta enfermedad.
La vitamina D es popularmente conocida como "la vitamina del sol", ya que el organismo la produce cuando entra en contacto con el sol, pero también se encuentra en alimentos como
el pescado azul, el aceite de hígado de pescado, los huevos, la leche y derivados lácteos.
Vitamina A
La vitamina A interviene de forma decisiva en la formación y desarrollo tanto de los huesos como de los dientes y ayuda a prevenir las infecciones, al favorecer la cicatrización de las heridas.
Su déficit produce puede provocar la alteración de la estructura de huesos y dientes y favorece igualmente que se resequen las mucosas incrementándose las posibilidades de sufrir caries.
La vitamina A también ayuda a mantener sanas las encías y a mineralizar el esmalte dental.
Frutas y verduras como el mango, el melocotón, la lechuga, las espinacas y especialmente las zanahorias son ricas en vitamina A, así como alimentos de origen animal como los huevos, la leche o el hígado.
Vitamina E
La vitamina E es un antioxidante natural muy poderoso que facilita la reparación del tejido y detiene el sangrado de las encías.
Esta vitamina ayuda a combatir las bacterias relacionadas con la acumulación de placa en los dientes, reduciendo la inflamación de las encías y previniendo así la gingivitis y la enfermedad periodontal.
Son alimentos ricos en vitamina E frutas como la manzana. verduras como el brócoli, los cereales integrales y algunos frutos secos como el cacahuete, las nueces y las almendras.
Y hasta aquí este repaso por los nutrientes indispensables para cuidar nuestra salud bucodental y los principales alimentos que los contienen.
En todo caso si tienes alguna duda al respecto, puedes consultar con tu clínica dental en León y te atenderemos encantados.
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